En el mundo se utilizan más de 1000 plaguicidas (fitosanitarios o pesticidas) para evitar que las plagas estropeen o destruyan los alimentos. Cada plaguicida tiene propiedades y efectos toxicológicos distintos.
De acuerdo con su actividad biológica pueden clasificarse en insecticidas, fungicidas, herbicidas y rodenticidas según que su toxicidad sea para insectos, hongos, malas hierbas o roedores. También existen los atrayentes, repelentes y esterilizantes de insectos que coadyuvan a su destrucción por medio de estas acciones.
Según su naturaleza química, en principio, pueden clasificarse en inorgánicos y orgánicos. Los primeros no plantean, en general, una problemática importante desde el punto de vista de su toxicidad y evolución en el suelo. Por el contrario en lo que se refiere a los orgánicos, se ha ido desarrollando una amplia gama de productos que plantea problemas de evolución en el complejo sistema del suelo.
Para que un plaguicida alcance un amplio uso en la práctica agrícola, debe reunir determinadas condiciones básicas como:
A pesar de estas condiciones, muchos de los compuestos que se han utilizado como plaguicidas han sido tan estables que han originado una gran contaminación ambiental, al quedar sus residuos ampliamente distribuidos en cosechas, suelo, agua y aire en y cerca de los lugares de su uso. Debido a esto, y teniendo en cuenta la toxicidad relativamente elevada de alguno de ellos, es de gran importancia el estudio de la persistencia e interacción de estos compuestos con el ambiente, con el fin de conocer el problema y poder emplear medios para reducirlo. Esto permitiría, además, usarlos adecuadamente obteniendo de ellos el máximo beneficio con el mínimo riesgo.
Para realizar la determinación de estos plaguicidas (fitosanitarios o pesticidas) se utiliza uno de los principales métodos analíticos, la cromatografía, que trata de un conjunto de técnicas que se utilizan para separar las moléculas de una mezcla de compuestos de similares estructuras y propiedades químicas. Es un método físico de separación por el cual los componentes a separar se distribuyen en dos fases, basándose en el principio de retención selectiva. Atendiendo al estado físico de esas fases, tendremos diferentes tipos de cromatografía (líquida, de gases, sólida, etc.).
En Ferlabs Laboratorio utilizamos cromatografía líquida y cromatografía de gases, que acoplada a un detector de masas (MS/MS) permite separar y cuantificar estos compuestos, determinando su presencia y concentración, incluso a bajos niveles.
Debido a nuestra situación geográfica, en el corazón de la mayor zona productora de ajo y cebolla en España, Castilla La Mancha, estamos especializados en el análisis de estos cultivos.
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